La psicología ambiental es una rama de la psicología que pone la mirada en el entorno que rodea al individuo para mejorar su bienestar. En otras palabras, trata de analizar el comportamiento y la experiencia humana en los escenarios donde tiene lugar: edificios, calles, habitaciones, parques. En los últimos años esta disciplina ha ido ganando peso hasta convertirse en objeto de notable investigación dentro de la comunidad científica. En la Asociación Experientia consideramos que es un enfoque esencial para entender al individuo y promover una mejora en su estilo de vida.
¿Qué es la psicología ambiental?
Es un campo teórico multidisciplinar que investiga el efecto del entorno físico en el ser humano, sin olvidar que estas se enmarcan necesariamente dentro de un contexto social. Por esta razón los productos de la interacción entre la persona y el entorno han de ser considerados antes que nada como productos “psico-socio-ambientales”. Si bien en muchos casos la psicología ambiental tiene un componente ético orientado a la solución de problemas globales, tiene también muchos otros usos, como la terapia individual, grupal o la psicología de los recursos humanos.
Características del enfoque
A continuación, presentamos los principales rasgos de la psicología ambiental:
- Relaciones recíprocas conducta humana-entorno: Constituye uno de los axiomas más importantes dentro de la metodología y plantea que los efectos entre ambiente y conducta son bidireccionales y recíprocos. Por lo tanto, la psicología ambiental analiza el efecto del ambiente sobre la conducta y el efecto de la conducta sobre el ambiente.
- Entorno socio-físico: Se concibe el ambiente como un espacio físico y social, por lo tanto, interesa estudiar tanto las propiedades físicas como sociales del mismo.
- Entorno natural y construido: En sus inicios, este enfoques se centraba únicamente en el comportamiento humano en entornos construidos artificialmente; sin embargo, con el paso de los años el foco de atención se ha ido ampliando a entornos naturales, recursos naturales o comportamientos proambientales.
- Perspectiva holística: La metodología apuesta por un enfoque global del ambiente en su conjunto y no lo analiza en unidades divididas.
- Orientación aplicada: No se trata solo de un marco teórico de interpretación de la realidad, también busca la aplicación de los conocimientos para dar respuesta a determinadas demandas sociales.
- Interdisciplinariedad: Como ocurre con muchas otras disciplinas psicológicas, la psicología ambiental comparte estudio con otras ramas y ciencias del estudio del entorno.
- Eclecticismo: La metodología busca tender un puente entre varias metodologías de estudio y ser una metodología conciliadora.
Psicología ambiental y Terapia a través de la aventura
En este último apartado nos gustaría presentar algunos de los últimos avances dentro de la psicología ambiental centrada en los espacios naturales. Desde nuestra asociación consideramos esencial indagar en los nuevos avances en este campo ya que aportan un fundamento teórico que nos sirve para ejercer nuestras intervenciones terapéuticas.
- Los espacios naturales ayudan a reducir el riesgo de depresión: El Stanford Woods Institute for the Environment llevó a cabo una investigación para comprobar si caminar por espacios naturales ayudaba a reducir sintomatología ansiosa.
“Ha habido un alarmante incremento de la urbanización alrededor del mundo en los últimos años. Recientemente hemos superado el punto de inflexión en que el 50% de la humanidad vive en áreas urbanas, en 2050 el pronóstico es que este porcentaje aumente a un 70%” afirma Gregory Bartman (2015). Este incremento ha generado un decrecimiento del contacto con la naturaleza y del grado en que las personas interactúan con entornos naturales. Junto con este decrecimiento existe una tendencia creciente al aumento de trastornos mentales en la sociedad, incluyendo depresión, especialmente en áreas urbanas.
El estudio monitorizó el cerebro de dos grupos de participantes después de caminar por espacios urbanos o por espacios naturales. Los resultados mostraron un descenso de la rumiación, entendida como un patrón de pensamiento obsesivo que interfiere con la actividad mental, en el caso de los participantes que caminaron en espacios naturales. Este tipo de pensamientos están asociados con un mayor riesgo de manifestar trastornos depresivos, por lo que caminar en espacios naturales parece constituir un mecanismo de protección frente a este tipo de trastornos mentales.
- Residir cerca de espacios naturales: Diversos estudios recogidos en el metaanálisis hecho en 2015 por Annemarie Mantler y Alan C. Logan concluyen que aquellas áreas residenciales con pocos espacios verdes se asocian con niveles más altos de estrés y niveles más bajos de salud general, y que Vivir en áreas cercanas a lagos, mares u otras fuentes de agua tiene un impacto positivo en el bienestar y la salud. Otros estudios muestran como el grado de naturaleza percibido por los residentes en una determinada zona correlaciona positivamente con la satisfacción individual con la vida y la salud mental.
- Espacios naturales y cognición: Varios estudios (Faber-Taylor, A.: Kuo, F.E. y Sullivan WChan, 2001; Fiouri E, Midouhas E, Joshi H, 2014; Kuo, F.E, Taylor, A.F. 2004; Markevych I, Tiesler C, Fuertes E, Romanos M, Dadvand P, Nieuwenhuijsen M.J. et al., 2014) han constatado la correlación inversa entre experiencias de juego en lugares naturales durante la infancia y la hiperactividad y/o inatención en niños. Los resultados de experimentos controlados de laboratorio indican que ciertos entornos tienen tendencia a facilitar la recuperación mental . Por ejemplo, ver escenas de naturaleza puede llevar a una mejor recuperación de la capacidad cognitiva en el periodo posterior a la fatiga mental.
Así pues, existen múltiples evidencias de que la psicología ambiental proporciona unos conocimientos útiles para el desarrollo de intervenciones psicológicas, por lo que es una metodología a tener en cuenta a la hora de desarrollar programas para mejorar la calidad de vida de las personas.
Referencias
Aragonés, J.I., y Amérigo, M. (Coords.)(2010) Psicología Ambiental. Madrid: Pirámide.
Bratman, G. N., Hamilton, J. P., Hahn, K. S., Daily, G. C., y Gross, J. J. (2015). Nature experience reduces rumination and subgenual prefrontal cortex activation. Proceedings of the national academy of sciences, 112(28), 8567-8572.
Faber-Taylor A, Kuo FE y Sullivan WC. (2001). Coping with ADD: the surprising connection to green play settings. Environment and Behavior; 33, 54–77.
Figueroa, A. (2017). Psicología y Mente. Psicología Ambiental: definición, aplicaciones y enfoques. Recuperado de: https://psicologiaymente.com/psicologia/psicologia-ambiental.
Fiouri E., Midouhas E, y Joshi H. (2014). The role of urban neighbourhood green space in children’s emotional and behavioral resilience. Journal of Environmental Psychology, 40, 179–86.
Kuo F.E. y Taylor AF. (2004).A potential natural treatment for attention-deficit/hyperactivity disorder: evidence from a national study. American Journal of Public Health, 94,1580–6.
Mantler, A., y Logan, A. C. (2015). Natural environments and mental health. Advances in Integrative Medicine, 2(1), 5-12.
Markevych I, Tiesler C, Fuertes E, Romanos M, Dadvand P, Nieuwenhuijsen MJ, et al. (2014). Access to urban green spaces and behavioral problems in children: results from the GINIplus and LISAplus studies. Environment International,7, 29–35.
Pol, E. (1988) La Psicología Ambiental en Europa. Análisis Sociohistórico. Barcelona: Anthropos.
(Edición revisada en Pol, E. (1993) Environmental Psychology in Europe. From Architectural
Psychology to Green Environmental Psychology. London: Avebury.
Valera, S. (1996) Psicología Ambiental: Bases teóricas y epistemológicas. En L. Íñiguez y E. Pol (comps.) Cognición, representación y apropiación del espacio. Monografies Psico-Socio_Ambientals. Barcelona: Universitat de Barcelona (pp. 1-14).
Armand Marzal, estudiante de psicología – prácticas